sábado, 5 de diciembre de 2015

Dame dinero





ADVERTENCIA: LA HISTORIA QUE VAN A LEER A CONTINUACIÓN ESTÁ BASADA EN HECHOS REALES. TODO LO QUE SE COMENTA AQUÍ ES CIERTO, SI BIEN NO TODO OCURRIÓ EN LA MISMA SEMANA.


 Lunes por la mañana. Me levanto. La señora DR sigue durmiendo un poco más. Hay que preparar clases y hacer el desayuno. Quizás incluso poner la lavadora. No cambio la rutina: miro los Hechos Relevantes del día en el portátil. Poca cosa y nada referido a ninguna de las empresas de mi Cartera. Veo que aparece una ventana emergente en la pantalla. Un supuesto trader dice algo como que con 100 euros se pueden hacer miles y miles de euros con los CFDs y un apalancamiento agresivo. Ya están los especuladores pidiendo dinero.

 Lunes sobremesa. Llaman a la señora DR, es de una aseguradora que tiene relación con el banco ("los bancos necesitan tu dinero"), por si le interese un seguro profesional superguay, pero eso sí, no puede leer el contrato hasta que dé sus datos ("¿perdona?", piensa mi señora, "No te voy a dar mis datos"). En fin, que quieren el dinero de mi respetable y rapidito. La señora DR con educación finaliza la conversación.

 Lunes tarde-noche. Llego al trabajo. Entro a la sala de profesores, dejo las cosas y salgo de la sala medio encabronado porque en la puerta, por la parte interior, hay un cartelito que anuncia una charla informativa de un comercial que va a venir al Instituto a hablar de las maravillas de la tarjeta del Roto Escocés, grandes almacenes muy conocidos. Hay que sacarle la pasta a los funcionarios.

 Martes. En el inglés los compañeros hablan de hacer la cena de Navidad. Habrá que poner pasta, cómo no. No sé cómo evitar ir, pues en estas fechas he tenido muchos gastos. Al final iré, que tan antisocial no soy; además, ya he dado mi teléfono.

 Miércoles a mediodía. Pongo la TV. Anuncios. Una ONG pide que apadrine un niño. Apadrinar es dar dinero. No me siento orgulloso cuando sigo impetérrito frente a la TV. En el mismo corte de publicidad aparece un anuncio de créditos rápidos. 24 horas y te damos dinero. "¿A cuánto interés?", me pregunto mientras me rio porque ya sé el robo. En la letra pequeña creo ver 20 o 24% TAE. Te doy dinero porque luego quiero sangrarte con los intereses; parece un banco.

 Jueves tarde-noche. Han cambiado el cartel del Roto Escocés por el de una misa. Sí, una misa, a la hora del recreo de la mañana y dentro del Instituto. "¡¿Qué?! ¿Misa en un centro público de enseñanza en un Estado laíco?" Me planteo ir a hablar con el director, pero no trabajo por la mañana y el director ya no hace horas extras hasta las tantas. La LOMCE aprieta, pero no ahoga... de momento.

 Viernes por la mañana. El banco extranjero con el que invierto me saluda al ir a su web con un Plan de Pensiones. Quiero que me haga uno. Ya lo tengo, se llama Cartera DR. Serán que me han visto muy maduro para mi edad, o que creen que me jubilaré (entiéndase, alcanzaré la independencia financiera) en relativamente poco tiempo. Vale que no son españoles, y que no tienen fama de estafadores, pero siguen siendo un banco y siguen queriendo mi dinero para un mísero Plan de Pensiones. No, gracias. Por cierto, me habéis bajado la rentabilidad de la Cuenta Melocotón.

 Viernes tarde-noche. Cafetería del instituto. La cantinera quiere algo de mí. Me señala la cesta de Navidad. Le digo que tengo muchos gastos ahora (es verdad, y en alguna entrada lo explicaré) y rehuyo darle dinero para la cesta. Me tomo algo en la cafetería igualmente. En la sala de profesores el ambiente es peor, y no por los compañeros, que son un encanto, sino porque hay Lotería de Navidad. "El impuesto de los tontos", digo en voz alta, pero sin querer faltar a nadie. "¿Y si luego toca?", dice el Jefe de Estudios. "Pues entonces saldré en la TV hablando de que no me ha tocado", replico sin ningún pesar.

 Sábado por la mañana. Una mendiga pide una limosna en la calle más transitada de mi localidad. Yo creo que está actuando. Sea verdad o no, quiere unas monedas. Aquí vendría bien la sabiduría de mi padre: "Dinero no te doy, pero si quieres te doy comida". A ver qué decía la indigente. Lo dicho, sigo sin querer dar dinero a nadie, ni a los desfavorecidos.

 Sábado tarde. Nadie me pide dinero. ¿Estaré soñando? De repente veo un whatsapp. Un amigo ha dicho en el grupo que no se nos olvide llevar esta noche el dinero del regalo del cumpleañero. Exacto, esta noche tengo un cumpleaños y cada amigo tiene pagar su parte del regalo. Para mí que ya somos mayores para celebrar cumpleaños. Aflojaré la mosca, pues, pero con gusto, que el amigo que cumpleaños es una excepcional persona.

 Domingo. Comida familiar. Estoy a salvo. Aquí nunca me piden dinero. Craso error, vamos luego la familia a tomar café al bar de un conocido. Acaba de abrir el negocio y "hay que ir a hacerle gasto", esa frase la suscribo. Cuando toca pagar los cafés, aparte de pagar el mío y la consumición de la señora DR, le digo al dueño: "Oye, Fran, que aquí tengo unos céntimos que me sobran... para el bote" Al final el bombón, que suele costar 1 euro en bares como el de Fran, a mí me cuesta casi 2 euros. Aquí no han hecho falta que me pidieran dinero, pero al ver el bote con la palabra BOTE en grande custodiado por una bruja que acojonaba, he decidido inconscientemente ser un poco espléndido, no fuese a ser que me echara una maldición la señora de la escoba voladora.

 Domingo noche. En casa. Me voy a acostar. Antes de cerrar los ojos leo algunas historias graciosas sobre lo mal que va España (sobre todo, lo mal que están nuestros políticos). Aparece publicidad antes de siquiera ver la primera viñeta. Desisto. Ya sé que alguien va a pedirme dinero.

 Cierro los ojos. Mi último pensamiento antes de dejarme atrapar por el hechizo de Morfeo es: "¿Quién me pedirá dinero mañana?"
   

12 comentarios:

  1. Je, je, muy bueno y muy gráfico. Lo difícil es decir "no", pero una vez que te acostumbras....
    Un abrazo y buen finde.

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    1. Gracias Miguel. Tenemos poca cultura del NO, pero ya aprenderemos. Abrzos y que te vaya bien el puente.

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  2. Genial. Igual te has tomado alguna licencia literaria, pero la realidad se parece demasiado a lo que has explicado :)

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    1. Hola Cazadividendos. La mayor licencia literaria ha sido en condensar toda la historia en una semana, como ya he advertido, pero lo de la misa en el recreo y lo de la charla comercial es 100% verdad, jejeje.

      Gracias por comentar. Saludos y pasa un buen puente.

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  3. Hay que decir no sin parecer antisocial... ese es el arte. Si no hay excusas, entonces podemos decir la verdad, y una táctica muy buena es decir: no es por el dinero, es por el tiempo.

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    1. A mí a veces me cuesta "tener tacto" a la hora de decir NO a según que cosas. Pero tienes razón en lo que dices. Lo del tiempo entiendo que te refieres al dedicado a ganar ese dinero, ¿o va también por lo de aguantar charlas comerciales que no te interesan?

      Que lo pases bien durante estos días.

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    2. Lo digo por el tiempo que nos roba el tener que ganarlo, y el coste de oportunidad de invertirlo, que a la postre es tiempo libre.

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  4. Buenísimo ! Parece una "Yincana" en la que hay que ir protegiendo el dinero que tanto cuesta ganar :)

    Saludos

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  5. Creo q te lo tomas muy a pecho,si el dinero no se mueve tu no cobras eres profesor

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    1. Hola José. Hay semanas que parece que todo el mundo quiere que le des algo, y hay días que te preguntas si no hay que empezar a decir no por sistema. El dinero tiene que moverse, eso es cierto. Tampoco le doy muchas vueltas a este tema en mi día a día.

      Saludos.

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  6. Muy ilustrativo todo.
    De acuerdo 100% con Miguel Illescas. A mí hace muuuchossss años me resultaba imposible decir no. Ahora digo no a la loteria de navidad (menudo tongo) y a la pípica frase " oye! que la hemos comprado todos.. como nos toque vas a ser el único en seguir trabajando!!!" pues yo no suelo responder pero sí pienso .... " quizás yo sea el único en pedir excedencia antes de tener que esperar a la jubilación y sea el único que se vaya y todos vosotros seguiréis trabajando jeje!!!
    Algunos ya saben que también soy funcionario, bien!!! pues casi es rutina en mi parque de bomberos recibir visitas de bancos y comerciales de vende cuchillos cerámicos. Todos quieren pillar cacho de la nómina de los funcionarios, supongo que es normal... el pueblo paga nuestra nómina y nosotros la devolvermos al pueblo jeje!!! no es plan de entrar en tonterías de esas.
    Bueno!!!! felices fiestas a todos y no abusar de los gastos... Gastar sí pero con cabeza y planificación.

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