viernes, 14 de julio de 2023

8º ANIVERSARIO





Hola a todos.

Este 2023 quizás no me parezca especialmente destacable a nivel inversor, pero no puedo menos que resaltar el hecho de que ciertos sucesos han impactado en mi forma de ver cómo debo plantearme el futuro.

ANTES DE SEGUIR

El tiempo es una posesión muy preciosa, y no es conveniente perderlo si no es por una buena razón. Por tanto, para quien quiera un resumen rápido de lo que extensamente voy a contarles a continuación, este sería: estoy bien de salud (casi al 100%), mis seres queridos están bien, mis dividendos crecen, viva Nietzsche y lean Cartas del Dividendo. De Bolsa hablo poco.

Dicho lo anterior, paso a explayarme sobre lo que pasó a lo largo de este último año.

¿TE GUSTA NIETZSCHE? ¡DEMUÉSTRALO!

¿Cuál es mi filósofo preferido? Nietzsche. La vida había tomado buena nota de ello, y cierto día decidió decirme: "¿Te gusta Nietzsche? ¡Demuéstralo!".

En verano de 2022 inicié lo que luego se convirtió en una concatenación de pruebas médicas para determinar el alcance de un dolor que tenía de forma intermitente desde hacía años. Las pruebas arrojaron un resultado positivo, en cuanto que me dijeron que la parte de mi cuerpo afectada se encontraba en buenas condiciones. No obstante, había descubierto que otra parte de mi anatomía debía ser sometida a pruebas más detalladas; quizás fuera algo malo.

Así llegué a las Navidades pasadas, con una prueba detrás de otra. A finales de año, llegó la "inocentada". Estábamos mi mujer y yo en la consulta de la doctora, cuando esta me comenta:

"Gracias a tu dolor has salvado la vida". 

Ello en torno a un minuto después de decirme lo que me pasaba. Creo que durante 3 segundos me sentí impactado por la noticia, pero antes de que acabara ese minuto reía, no una risa estruendosa, ni una risa nerviosa (eso vino después), sino algo más contenido, relacionado con el alivio, por cuanto enseguida la facultativa sanitaria me ofreció la solución: una operación. 

Más tarde mi mujer criticó que me riese. Era lógico. Pero cada uno reacciona como puede, y al ofrecérseme tan rápido una solución a mi problema, no tuve mucho tiempo para recrearme en el dolor que se le supone a una persona que recibe una noticia impactante y tan negativa.

Comenzó el periodo de preparación mental para la operación, que llevaba aparejado tomar unas pequeñas decisiones "si algo salía mal". A mí siempre me preocupó más que mi familia no se quedara desprotegida si la operación no era un éxito. Mi cartera de dividendos, sin lugar a dudas, ayudaría a mi familia en caso de problemas económicos.

Tras acabar las Navidades, comenté a la gente más cercana mi situación, mientras iba dando los pasos previos a la operación. Estábamos en enero, pero había más decisiones que tomar.

Hace justo 6 meses, el 14 de enero, aparecía el número 42 de Cartas del Dividendo, donde yo era el responsable de la editorial, de título "Más calidad". Allí manifestaba que debía invertir en salud, familia, amigos, mi trabajo, etc. En un contexto donde tanto mi mujer como yo teníamos que lidiar con dificultades de gran entidad, mi actitud se plegó al espíritu del "amor fati" nietzscheano: aceptar que la vida es como es, que existe el azar, asumir que pasan cosas malas y da igual si te mereces o no que te ocurran... Ahí acabó el periodo de editor de Cartas del Dividendo.

La vida sigue. Y en enero estaba abierto el plazo para realizar la instancia que me permitiese participar en las oposiciones de secundaria de 2023. Mi intención era aprobar esas oposiciones y mejorar mi puesto en la lista de interinos. Realicé los trámites necesarios. Llevaba estudiando 3 meses, pero con la noticia de la enfermedad, las oposiciones quedaron en un segundo plano, y luego en un tercer plano.

Dicen que la Sanidad Pública es una m... en España. Mi experiencia me lleva a negar tal afirmación, si bien admito que las listas de espera pueden ser muy largas. Muchos profesionales sanitarios me han tratado, me tratan y me tratarán en lo referente a mi enfermedad, gracias a que "Cuando entras en el sistema, las cosas van más rápido", que decían algunos compañeros inversores no hace mucho tiempo, y por dicho motivo, sería de desagradecidos no valorar todo el buenhacer de nuestro sistema sanitario en lo que respecta a mi persona durante los pasados 12 meses.

Operado con éxito, y con la baja laboral de larga duración, se daba una situación favorable, que no ideal, para poder retomar los estudios y sacarme las oposiciones (entiéndase aquí aprobarlas). Pero los dolores tardaron más de lo esperado en desaparecer, y el tiempo que pude moverme fuera y dentro de casa lo destiné a estar más conectado con aquellas personas que me importaban. Algunos lo llaman "Disfrutar de la vida", y no se equivocan. Afortunadamente, dedicaba menos atención a la Bolsa. Quizás había estado muy pendiente de esta, y era hora de bajar un poco el ritmo. Total, la cartera iba sola. Como anécdota, el día de mi operación cobré un dividendo. Operación rentable, jajaja.

FUNCIONARIO, ¡NO GRACIAS!

La primavera llegó y los dolores derivados de mi operación iban remitiendo, pero incluso hasta la segunda semana de junio tuve malestar. Todavía no estoy al 100%, pero es evidente que vida normal puedo hacer.

Sinceramente, si hubiera querido podría haber dedicado más tiempo a estudiar para las oposiciones. Aunque fuera entre mayo y junio. La cuestión es que había bajado los brazos. Pero un amigo profesor me insistió en varias ocasiones en que estudiara algunos temas, que me los leyera al menos.

Al final lo hice. No hace falta fomentar más el odio hacia el funcionariado español y/o los que trabajan en lo público diciendo el tiempo que realmente estudié una vez retomado el temario de oposiciones. De lo que uno se evalúa en unas oposiciones de secundaria es un conocimiento que se ha ido asentado durante más de una década, en mi caso.

Lo cuestión es que me presenté el primer día de las oposiciones (aka "el escrito") sin presiones, a pesar de que suspender me perjudicaría (como es lógico y justo). En mi especialidad, con más de 70 temas posibles, el sorteo suponía sacar 5 temas, y de ahí hacer el que el opositor gustara. De entre las cinco bolas que salieron, solo un tema me sabía con suficiente detalle para aspirar a sacar una nota decente. Era sobre un filósofo que odiaba mucho Nietzsche, a todo esto.

Me sobraron casi 2 minutos y entregué mi examen sabiendo que lo había hecho bien pero que esto eran unas oposiciones; sabía que no sacaría una calificación sobresaliente. Al ser un proceso selectivo no eliminatorio, días después tuve el segundo examen (aka "el oral") sin saber todavía la nota del escrito. Allí lo hice lo mejor que pude, pues era una unidad didáctica (equivalente a un tema de un libro de texto de un curso y cómo lo daría un profesor como yo) que se basaba en la nueva ley educativa, la LOMLOE, en la que estaba bastante verde yo. A pesar de que tuve varios olvidos y reconocí ante el tribunal que me examinaba ciertas carencias de mi unidad didáctica, salí contento por mi exposición oral.

Tocó esperar muchos días hasta conocer las notas de mis exámenes. ¡Aprobado! Y con ambos exámenes aprobados. "¡Toma!¡Toma!", como dijo Alonso en Brasil 2005.

Objetivo cumplido. Iba a subir puestos en la lista de interinos, lo cual supondría más opciones de estar en un instituto de mis preferidos, lo cual implica estar más a gusto en el trabajo, si bien en todos los institutos en los que he estado he pasado muy buenos momentos.

Tras los exámenes, llega el momento de presentar los méritos por parte de cada aspirante. Comenzaba "la lucha por la plaza". Dado que mi nota en los exámenes había sido modesta y que había muchos interinos con mucha más experiencia docente que yo, sumado a que había pocas plazas a repartir, yo ahí solo tenía intención de echar méritos y ver cómo otros se llevan la plaza.

Cuál fue mi sorpresa al contemplar que yo era uno de los opositores con más méritos de todos los aprobados. No solo eso, muchas de las personas que eran serias candidatas a conseguir la plaza antes de las oposiciones habían, o bien desistido de presentarse (no tienen obligación legal), o se habían presentado y habían suspendido, por lo que no podían entregar méritos ni optar a plaza.

Durante unas horas, donde me puse a hacer cálculos, vi la posibilidad de lograr la plaza o de quedarme a las puertas. Según mis cálculos (a día de hoy los resultados no son definitivos, ni las plazas están otorgadas), en base a los resultados provisionales (que posiblemente coincidan en gran medida con los definitivos), me habría quedo cerca de obtener una plaza de funcionario. Es decir, a pocos puestos de obtenerla, si bien es cierto que a gran distancia en cuanto a nota de corte para la plaza.

Lo anterior (cerca en puestos, pero lejos en nota) se explica porque muy poca gente obtuvo una gran nota en los exámenes de entre los que tenían muchos méritos. No sé si esta circunstancia se ha repetido en otras especialidades.

Sea como fuere, me queda la honra de poder decir que obtuve muy buen puesto en unas oposiciones donde lo fácil habría ni siquiera haberse presentado. Hay gente que pagó las tasas como yo pero no se presentó; esto es mayormente porque no creían que tuvieran opciones de aprobar.

Pero... "¿Tú no querías ser IF siendo interino?", se preguntarán los que conozcan mis planes de futuro.

Sí, prefiero no sacar nunca la plaza. Lograr un puesto de funcionario podría significar pasar varios años de forma obligatoria en un instituto en el que no estuviera a gusto, o verse impedido uno a dejar de trabajar en el futuro (salvo que renunciaras a la plaza, hasta donde yo sé). A día de hoy, y con lo que sé al respecto sobre "ser funcionario" y "ser interino", prefiero ser interino muy arriba de la lista antes que sacarme la plaza. El tiempo dirá si este modo de pensar es equivocado o no. Sé que existen las excedencias para los funcionarios, y supongo que si investigo al respecto veré que sacarse la plaza tiene sus ventajas, pero tengo al menos 2 años para analizar esta cuestión con detalle.

Quiero terminar esta parte de mi entrada resaltando que es una verdad a medias eso de que "los funcionarios tienen trabajo para toda la vida por haber aprobado un examen". A ver: primero es que son 2 o 3 exámenes (si la especialidad tiene examen práctico, podríamos hablar de 3 exámenes); y, segundo, y más importante, que algunas personas han tenido que aprobar 4 oposiciones para sacarse la plaza. De hecho, yo tengo una compañera de Universidad que ha aprobado 4 oposiciones en la Región de Murcia (siempre mejorando la nota en cada nueva convocatoria) y una quinta en otra Comunidad Autónoma. Por tanto, ¡no me jod*s! Yo mismo he aprobado 2 oposiciones en Murcia (una de ellas con buena nota) y una tercera en otra Comunidad Autónoma (con una nota alta también, y ni me llamaron para trabajar durante años), y todavía veremos si aprobando en Murcia en 2025 puedo lograr plaza.

Mi compañera sacará plaza al fin en este 2023. Muy justa y merecidamente. También conozco el caso de una aspirante de 24 años que logró la plaza de profesora a la primera (seguro que sacó una nota sobresaliente, porque por méritos acumulados no sería).

Obviamente, en este país, ser funcionario -por lo general- suele tener unas condiciones laborales mucho mejores que casi todos los trabajos del sector privado, y eso es triste. Más por lo mal que está el sector privado que por lo bien que está el sector público.

VALE, ¿CUÁNDO HABLAMOS DE LA BOLSA?

 En estos 6-7 meses en los cuales he tenido en la cabeza muy presente mi salud y estar con la gente que quiero, es cierto que la Bolsa ha perdido interés para mí. Al no tener que estar analizando empresas para Cartas del Dividendo, ni estar apuntando cada uno de los dividendos que cobro desde hace 1 año o más, aparte de que mis empresas me dan pocos sustos, pues tan cierto es que sigo el día a día de la Bolsa, como que paso bastante de estar buscando nuevas oportunidades de inversión o de revisar con detalle los resultados empresariales.

Ha habido algún cambio en mi cartera, pero mi TOP 10 no os sorprenderá nada ni veréis ninguna empresa que no sea de mis habituales... excepto una empresa que es muy del gusto de Maestro Sabina, un suscriptor de Cartas del Dividendo. Es una delicia verlo explicar sus tesis y argumentar y contrargumentar dentro del chat de Cartas del Dividendo.

Yo solo puedo menos, y permítanme el descaro, que seguir aquí alabando a esa newsletter que es Cartas del Dividendo. Alb, Eloy, Jordi, Mannel y Sergio están realizando una gran labor, y se ha visto que mi ausencia no les ha impedido seguir ofreciendo un gran producto a los suscriptores, no solo en formato PDF, sino también vía Telegram y vía podcast. No soy editor, pero sigo apoyando el proyecto. La calidad hay que reconocerla, y yo ya sabía que sería un gran producto antes de que saliera el primer número, porque en él estaban Alb, Eloy y Mannel (a Jordi y Sergio los conocía menos hace 2 años y medio, pero en la actualidad puedo afirmar que están los cinco al mismo nivel de aptitud y actitud).

 No, no se me ha olvidado el hecho de que no he comentado nada de esa empresa que se ha metido en mi TOP 10, ni de ninguna otra compañía de mi cartera. Pero eso será en otra ocasión. Hay gente que lo llama "hype", yo lo llamo "No hay prisa, si tampoco hay cambios radicales".

VOLVERÁN LAS RISAS ESTRUENDOSAS

Confío en volver a ser el de antes, aunque nunca lo seré. Contradicción que tal vez no lo es: hay cosas que han cambiado, quizás para siempre, pero hay cosas de mi pasado que estaría bien que recuperara, como mi manera estruendosa de reír. Reír con fuerza, hasta causar vergüenza ajena o casi, porque nada me preocupa. Como haría aquel que dice sí a la vida, muy del estilo de Nietzsche.

Los que nunca se fueron los dividendos. Un mes muy bueno este de julio, por lo demás, con los dividendos de Enagás, Altria y PM, entre otros, entrando en mi bróker. ¡Leche!, ¡ya he hablado de empresas!

Casi al 100% de salud, y volviendo poco a poco a la realidad, espero que a partir de septiembre esté más centrado, y quizás con más ánimo de comentar hechos y datos sobre nuestra empresas favoritas, como en alguna ocasión he hecho en el chat de Cartas del Dividendo, y que seguiré haciendo en el futuro.

YA LES DEJO

Gracias a quien ha terminado de leer esta entrada. Sé que ha sido una entrada extensa, pero espero que les haya aportado algo, como por ejemplo recordar que la vida está llena de imprevistos y que a veces tenemos mala suerte y otras veces buena suerte.

Muchas gracias a mi mujer, que me ha apoyado al 200%; gracias a mi familia, siempre ha estado ahí; gracias a Álex, Manuel y Mannel, por su comprensión; gracias a Cartas del Dividendo por permitirme formar parte de los inicios de CDD, un proyecto ilusionante que le auguro un futuro brillante; y no me olvido de los amigos del Sureste, esa pequeña gran comunidad que tanto me aporta.

Mis últimas palabras son para los suscriptores de CDD, que también me dieron muchos ánimos en su momento, a pesar de que algunos solo me conocen de manera virtual.

Y aquí lo dejo. Nunca olviden que...

...jamás de los jamases...

¡NINGÚN PER FUE CALCULADO DURANTE LA REALIZACIÓN DE ESTA ENTRADA!

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