Para el inversor a largo plazo, el interés compuesto se supone que es una especie pócima mágica que convierte un pequeño ahorro en un importante patrimonio gracias a meter algunos euros en una empresa de calidad. Fácil es hablar del interés compuesto, pero no tan fácil es creerse cuán poderoso es.
El otro día, revisando mi cartera, pude ver que algunas empresas tenían revalorizaciones importantes, mientras que otras valían 0 (Gowex) o tenían importantes minusvalías latentes (Repsol). Hoy quiero hablar de una empresa en la que confié hace 3 años y medio y que hoy, gracias al interés compuesto, es una de mis posiciones más fuertes en cuanto a revalorización de la acción y aumento del dividendo: Amadeus.